En una emblemática esquina del centro de Copenhague, donde la arquitectura narra la historia de una época pasada, una empresa ha creado un espacio de trabajo que combina a la perfección la historia con la funcionalidad moderna. Construido a principios del siglo XX tras un concurso de arquitectura, el edificio muestra una hermosa fusión de Romanticismo Nacional y estilo Neobarroco. Sus altos techos, los intrincados detalles en estuco y la refinada artesanía crean un entorno majestuoso para las actividades diarias de la empresa.
Incluso en los entornos más inspiradores, se necesitan soluciones que respalden los estilos de trabajo actuales. Con oficinas abiertas y espacios compartidos, surgió naturalmente el deseo de establecer zonas privadas para el trabajo enfocado y conversaciones confidenciales, sin comprometer la estética del edificio.
Lo que hace que esta oficina sea realmente especial es su capacidad para albergar discretamente más de 40 estaciones de trabajo en un entorno abierto sin sentirse abarrotado ni caótico. Maceteros colocados estratégicamente y mobiliario cuidadosamente diseñado crean una división natural del espacio, ofreciendo tanto privacidad como una atmósfera luminosa y acogedora.
La solución fue la integración de cabinas telefónicas y de trabajo insonorizadas, sutilmente incorporadas al espacio de trabajo. Con su diseño minimalista, se integran perfectamente en el entorno histórico mientras añaden una capa de flexibilidad funcional.
El resultado es un lugar de trabajo donde la historia y la modernidad se funden: donde el patrimonio arquitectónico se encuentra con las necesidades contemporáneas, y donde los empleados disfrutan del equilibrio perfecto entre colaboración y concentración.









